El agua caliente sumado al movimiento de la misma, nos conecta con nuestro interior y con las energías vitales renovables del agua, que posee propiedades curativas naturales y se asocian a las sensaciones reales de salud, placer y bienestar, potenciando a las mismas, con la incorporación científica de las energías vitales naturales renovables que genera la naturaleza.
El agua caliente provoca que se dilaten los capilares sanguíneos y así se estimula el intercambio entre la sangre y las células. Cuando la sangre fluye, los poros se dilatan, de esta forma las glándulas sudoríparas expulsan más sudor y se eliminan toxinas.
De esta manera aumenta el riego sanguíneo, acelera la limpieza y drenaje de la piel, purificando los tejidos.
Por lo que además ayuda a combatir la celulitis, ya que ésta es el resultado de la acumulación de toxinas, aumentando la circulación sanguínea y mejorando el sistema linfático.
Además, el agua con diferentes temperaturas, también ayuda a mejorar algunas enfermedades de la piel, como la dermatitis o la psoriasis.
Una inmersión en una bañera de hidromasaje Energética y Terapéutica es la mejor forma de aliviar problemas musculares, ya que ayuda a relajar los músculos, calmar molestias, dolores y promover un bienestar general.